¿Qué es el slow sex? La nueva forma de disfrutar que siempre ha estado contigo
En estos días, muchos de nosotros tenemos el tiempo justo para todo. Llegamos a ir tan apurados de horas, que la vida íntima de pareja acaba pasando a un plano secundario para alguno de los dos miembros de la relación. Ante tanta obligación y tareas que cumplir en su vida diaria, el sexo parece que ya no es ni tan esperado ni tan necesario, por lo que se necesita encontrar el tiempo y las ganas de nuevo para no dañar la relación.
Por suerte, en la actualidad los terapeutas y psicólogos de parejas conocen cada vez más métodos para alejar a los temidos fantasmas de la rutina y la monotonía en las relaciones, así que han puesto de moda una nueva tendencia sexual denominada slow sex, en la que, como su propio nombre indica, se aboga por colocar al momento de la relación sexual en un pedestal, dándole todo el tiempo que sea necesario, haciéndolo sin prisas y como si tuviéramos todo el tiempo del mundo.
¿En qué consiste el «slow sex» o sexo lento?
Lejos de asemejarse a alguna técnica para evitar la eyaculación precoz o ni siquiera con prácticas para denostar los encuentros fugaces de «aquí te pillo, aquí te mato«, el llamado slow sex o sexo lento es una especie de nueva moda que lo que hace es poner en valor el hecho de dedicarle más tiempo y más pausa a las relaciones sexuales, estableciendo así más conexión entre los dos miembros de la pareja.
Básicamente, se da por hecho que para que podamos denominar slow sex a un tipo de relación sexual, esta tiene que durar más de 20 minutos (aunque pueda parecer poco) e incluir un sistema de excitación previa basado en los preliminares, las caricias, y todo tipo de estimulación anterior al coito y a la penetración pura y dura.
La clave es dejar el reloj y el estrés fuera de todo lo que tenga que ver con el slow sex para poder dedicarle el tiempo que queramos, y disfrutar de la relación sexual sin ninguna prisa, como si estuviésemos de vacaciones y no tuviéramos que rendir cuentas a nadie más que al disfrute y al gozo.
Evidentemente esto es más factible para parejas que, o no tienen hijos, o están ya en una edad en la que sus hijos se han emancipado, y pueden realmente dedicarse el tiempo a ellos solos sin sobresaltos en sus planes, especialmente cuando se trata de planes eróticos.
Cómo practicar el slow sex con tu pareja
Aunque damos un poco por sentado que el concepto de slow sex pueda ser algo que solo practicaremos con nuestra pareja, por el tema de la confianza y también el de probar cosas nuevas, lo cierto que es una práctica sexual que estaría abierta a cualquier pareja y a cualquier tipo de relación.
Podría ser divertida en una relación de noviazgo corto, en una relación de amantes que quieren probar todos los tipos de prácticas sexuales para ver cuáles les aporta mayor satisfacción, y por supuesto y como hemos indicado anteriormente, a relaciones entre personas más maduras, entre las que las prisas y la fogosidad ya no son cosas que les atraigan demasiado.
La mejor manera de practicar el sexo lento, es la de centrarse en los preliminares. Olvidarse de las prisas y centrarse en otras maneras de buscar la excitación, diferentes a la penetración. Detenerse en las caricias, los aceites de masaje, los besos por todo el cuerpo, la estimulación manual y oral de las zonas más erógenas de la pareja… Buscar ante todo un ambiente tranquilo, en el que el orgasmo y la penetración no sean el fin, o ni siquiera que pensemos en que estamos recorriendo un camino que nos llevará a ello, sino que aprendamos a disfrutar de todo lo anterior.
El slow sex, bien hecho, premiará a ambos miembros de la pareja con una nueva manera de entender las relaciones sexuales, y con una nueva manera de excitarse que despertará la chispa y la pasión que podían estar perdidas por culpa de las prisas y la rutina.